DECIR NO

APRENDE A DECIR NO

Lo primero que tienes que aprender es a decir NO. Ser secretaria no significa ser la chica que lo hace todo. Hay gente que todavía cree que te puede pedir cualquier cosa por el simple hecho de que trabajes para ellos y te paguen un sueldo. No nos referimos al acoso, aunque en la época del #Meetoo, todavía se dan casos, desgraciadamente, aunque cada vez menos. Nos referimos a ese jefe que cree que puede mandarte a recados personales, a dejarte a sus hijos a tu cargo cuando se va a una reunión, a comprar regalos para su mujer, te hace limpiar su mesa si se le ha derramado el café, recogerle el coche del taller, etc. Hay millones de tareas que se les puede ocurrir que debes hacer tú y no es así. A ti no te han contratado para ser la chica del servicio en la oficina, tienes unas tareas que debes haber definido en el momento de ser contratada. No estoy hablando de que un día puedas hacer un favor porque necesita algo especial y te pide ayuda, pero no puede convertirse en un hábito porque de lo contrario estarás perdida.
CÓMO DECIR NO

SABER PONER LÍMITES

Este es el caso más claro en que debes saber poner limites, pero hay otros. Otro de los más típicos es que un recién llegado a la oficina (normalmente acabado de licenciar y que cree que va a comerse el mundo), viene y te pide que le hagas unas fotocopias. Creo que esto le ha pasado a un 95% de secretarias. A este tipo de gente hay que ponerla en su sitio desde el primer día. Les dejas claro que no trabajas para ellos y que no eres su secretaria. Te dirán que no saben cómo funciona una fotocopiadora, que las fotocopias son para tu jefe, que van muy liados, etc. La respuesta siempre tiene que ser que tú también vas muy liada y que el jefe se lo ha pedido a ellos, no a ti. No tienes porqué ser desagradable, le acompañas a la fotocopiadora y le enseñas las funciones de la máquina.

Otro caso habitual es que te quedes trabajando hasta más tarde de tu hora para acabar un informe, unas reservas o cualquier cosa urgente y aparezca alguien pidiéndote ayuda porque su secretaria ya se ha ido a casa y necesita que hagas algo. Debes ser clara y decirle que no puedes, que si tú estás allí es porque tienes un trabajo urgente y no para hacer el trabajo de otra persona. No hace falta ser brusca, explícaselo educadamente, pero niégate a hacerlo porque sino acabaras saliendo dos horas más tarde, haciendo algo que no es tu obligación.

Así que, ya sabes, haz bien tu trabajo, pero cuando te pidan algo que no está entre tus obligaciones, no lo dudes: di NO.

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